Anochecieron sus ojos.
Sin excusa,
sin tiempo.
Alguien cantó en silencio,
abrazado a su ausencia.
Tembló el útero de la tierra
acarició su cuerpo,
dolió como un enjambre de palabras,
...el adiós.
Divagó entre nubes grises
y el pasto recién cortado
...el duelo
en un murmullo pestañeo el viento
el sonido de la tristeza...
Anocheció como nunca,
pariendo el alba
húmeda de esperas, enlazó las huellas
que no se escribieron.
Abrete, al fin en tus dulces ojos,
pidió la noche,
aroma el aliento que te libera
flota en la marea de las cosas invisibles.
El cielo es el talismán de un beso
que cae,
en la mirada deshojada de tu sombra.
Margarita Parada Palma
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