sábado, 3 de diciembre de 2011

A ella



Y ella se fue

respirando impasible el latir de la noche

abandonó las esquinas cargadas de faros

y promesas del día

Y a veces...

Algunos besos mordidos en la piel de su alma

Se fue...

Como si llevara un saco de inviernos cocido a la espalda

y en la boca colgando

el último canto de un amante invisible

La espera se hizo ancha

como un puente infinito de lunas

Creció pasto en las huellas del polvo

En los trajes doblados del tiempo

Y la lluvia colmó de migajas azules las penas extrañas

Avanzó sin parar en ayeres

caminó desnudando su historia

liberada de culpas bailando en su risa de luces y sombras

Construyó un camino de soles y espejos y cielos abiertos

Atrás el abismo....

Diciembre... Un buen mes

para dejar dibujada en las sombras

un esqueleto de estrellas....



© margarita parada palma

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