lunes, 2 de agosto de 2010
Miradas
Desgarro en mil versos, mis palabras
en los trémulos susurros del olvido.
Hay una estrella cautiva, que llora,
en el rostro apretado de un espejo,
en la mirada quieta del silencio
en el latido agónico del tiempo.
Suspendida aún, una tibia y luminosa ventana
termina por caer destrozada centellando,
en la ruina escarlata de mi pecho.
La noche, anida sus ardores en agrietados sueños.
Y un tren parte,buscando su historia.
Margarita Parada Palma.
(D/R)
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