El sol olvidó de sonreir
cae de bruces
con un golpe violento
a un verde seco
en humedad.
La llaga esmeralda
huele a cenizas
y evapora incertidumbres
las piedras escondidas
muestran sus vientres
brillantes de luces
como un último vestigio
del beso dorado.
Mas allá un charco de agua
eleva su esencia de agonías
y las ranas asustadas
gritan y saltan
buscando una respuesta.
Los grillos enmudecen
quemados en su propio
canto.
Y cercanas al camino
las flores duermen
su esperanza
en el suave colorido
del silencio.
Una mariposa distraída
mira sin entender
como le cerraron la casa
y abatida mueve las alas
intentando florecer
como lo aprendió
de las flores.
Un pájaro espantado
se muere en mi ventana
sin entender el porqué
se tiene que morir.
Y el sol una masa
candente de fuego
olvidó de sonreir.
La naturaleza entera
llora aterrada el olvido
Y en mis manos
temblorosas.
Fallece la mañana.
"Mientras el dolor sigue en Haití
la madre naturaleza cansada
de tanta agresión alguna vez
podrá reaccionar con igual
inhumana furia"
Margrita Parada Palma.
(D/R)
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