En el umbral de tu mirada
se hunde lenta mi barca
Miro las rayas de colores
que pinta el horizonte
y el viento me trae el coloquio
lejano de las olas
encrespándose en las rocas
y en la prisa de las hojas
que se mueren enquistadas
por el tiempo, en la tierra morena.
La fría mañana arropa sus paisajes
amarillos y grises del otoño
en el espejo cómplice donde habita
la esperanza
Caen difusas las horas
como fragmentos de pausas
sin voces
deshilachando los segundos
y yo sin poder pensar
cavando en mis recuerdos
los peces temblorosos del olvido.
Escucho el tintineo de mis temores
como barcos sin destino y sin banderas,
aferrados a mi garganta
en un grito mudo.
Aún...
puedo sentir
tu última palabra que dividió
mi alma...
Aún se mueve entre las sombras
el fantasma de una estrella
silenciosa que desanudándose
del cielo
naufragó en un sollozo de la tarde.
Y a pesar de tanto...
Aún puedo sentirlo.
Margarita Parada Palma
(D/R)
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