domingo, 14 de junio de 2009

Margarita, flor de atalaya.


Margarita que te deshojas en cada verso,
Del blanco azucena,
Búsqueda que no se marchita.

Atalaya luminosa,
Corazón inquieto,
Mente alerta.

Cuando modificas tu casa,
Cuida de no esconder tus versos,
Que tienen aroma a viento,
Flores dormidas
Y lágrimas calladas.

Ánclate al cielo y al mar esmeralda,
Mirando siempre
La espuma dorada
del verde tierra.


Luis Enrique Gil-Fortoul

2 comentarios:

Anónimo dijo...

....Y ahí estaré,entre la nada y el infinito....entre el mar y las estrellas,arrojando mis versos
dónde el viento lo arroje en millares de palabras que ,algún día germinarán como semillas caída al lecho de la tierra siempre fértil.
Mag.

mparadapalma dijo...

Gracias amigo por tan bellos versos
cuando las palabras salen del alma
también esta las guarda, por siempre como un preciado recuerdo.


MAG.