Cuando florece el cerezo,
bello, suave en esperanzas
aún no siendo primavera.
Veo su prisa venir,
en capullos blancos de seda y al viento,
como banderas oscila un canto de amor.
Cuando florece el cerezo
se hace un alto en tu viaje,
quimeras perdidas en los sueños,
de un errante trovador.
Entonces,
florece el cerezo presencia
ausente que canta.
Arriba, tu barca un día,
a mi caleta dorada.
La mañana se tiñe de rosa,
y en la brisa perfumada,
florece el cerezo, en mis ojos
y en mi húmeda ventana.
remembranzas,
letanías se perfilan con el sol.
Margarita Parada Palma
domingo, 14 de junio de 2009
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