Muerdo las horas
que me atan a tus pasos
caen mis palabras
como lluvias
en tu sombra que me abraza.
Golpean mi rostro los astros
en mi barco de cenizas
y te busco
en el jardín donde lloran
mis espejos.
Mi voz me habla para no sentir olvido
y se esconde
en los fantasmas de la noche
Pido silencio
por los pájaros que tiemblan
en el azul de tus aguas
quietas.
Cuando mis dedos ya no puedan sentirte
y mi boca no pueda recordarte.
Margarita Parada Palma.
(D/R)
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